domingo, 28 de septiembre de 2008

La batalla de las ideas en la construcción de alternativas

Perry Anderson
Mi tema de esta noche es la batalla de ideas en la construcción de alternativas. ¿Cómo podemos
comprender este campo de batalla? Es un terreno todavía dominado, obviamente, por las fuerzas que representan lo que desde nuestra perspectiva llamamos una nueva hegemonía mundial. Pues bien, para abordar la cuestión de alternativas, es preciso primero contemplar los componentes de esta nueva hegemonía. En nuestra visión esta representa algo nuevo. ¿En qué consiste esta novedad? Si Marx tenía razón, diciendo que las ideas dominantes en el mundo son siempre las ideas de las clases dominantes, es muy claro que estas clases -en sí- no han cambiado nada en los últimos cien años. Los dueños del mundo siguen siendo los propietarios de los medios materiales de producción, a escala nacional e internacional. Sin embargo, es igualmente claro que las formas de su dominación ideológica si han cambiado significativamente. Quiero comenzar mi intervención con algunas observaciones a propósito, tratando de focalizar más precisamente los tiempos y los contornos de esta mutación.
Si miramos la situación mundial después de la derrota del fascismo en 1945, con el inmediato
comienzo de la Guerra Fría, dividiendo a los antiguos aliados de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto entre los dos bloques -el Occidente liderado por los EE.UU. Y el Oriente liderado por la Unión Soviética este conflicto se configuraba, objetivamente, como una lucha entre el capitalismo y el comunismo, y fue proclamada como tal del lado oriental, es decir por los soviéticos. En cuanto al sector occidental, los términos oficiales de la lucha eran completamente distintos. En occidente, la Guerra Fría era presentada como una batalla entre la democracia y el totalitarismo. Para describir al bloque occidental, no se utilizaba el término de «capitalismo», considerado básicamente un término del enemigo, un arma contra el sistema en vez de una descripción del mismo. Se hablaba de la 'libre empresa' y -sobre todo- del «Mundo Libre», no del «Mundo Capitalista».
Ahora bien, en este sentido, el fin de la Guerra Fría produjo una configuración ideológica
enteramente nueva. Por primera vez en la historia, el capitalismo comenzó a proclamarse como tal, con una ideología que anunciaba la llegada de un punto final del desarrollo social, con la construcción de un orden basado en mercados libres, mas allá del cual no se pueden imaginar mejoras substanciales.
Francis Fukuyama dio la expresión teórica más amplia y ambiciosa de esta visión del mundo en su libro «El Fin de la Historia». Pero en otras expresiones más vagas y populares, también se difundió el mismomensaje: el capitalismo es el destino universal y permanente de la humanidad. No hay nada fuera de este destino pleno. Aquí se encuentra el núcleo del neo-liberalismo como doctrina económica, todavía masivamente dominante a nivel de los gobiernos en todo el mundo.
Esta jactancia fanfarrona de un capitalismo desregulado, como el mejor posible de todos los mundos,es una novedad del sistema hegemónico actual. Ni siquiera en el siglo diecinueve, en los tiemposvictorianos, se proclamaba tan clamorosamente las virtudes y necesidades del reino del capital. Las raíces de este cambio histórico son claras: es un producto de la victoria cabal de occidente en la Guerra Fría, no simplemente de la derrota sino mas bien de la desaparición total de su adversario soviético, y de la euforia consiguiente de las clases poseedoras, que ahora no necesitaban mas eufemismos o circunlocuciones para disfrazar la naturaleza de su dominio.
Pero si la contradicción principal del periodo de la Guerra Fría había sido el conflicto entre
capitalismo y comunismo, este había estado siempre sobredeterminado por otra contradicción global: por la lucha entre los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo y las potencias coloniales e imperialistas del Primer Mundo. A veces las dos luchas se fusionaron o entrecruzaron, como aquí en Cuba, o en China y Vietnam. El resultado de una larga historia de combates anti-imperialistas fue la emergencia en todo el mundo de estados nacionales formalmente emancipados de la subyugación colonial y dotados de una independencia jurídica, gozando incluso de sede en las Naciones Unidas. El principio de la soberanía nacional -muchas veces violado en la práctica por las grandes potencias, pero jamás puesto en duda, esto es, siempre afirmado por el derecho internacional e inscripto solemnemente en la Carta de las Naciones Unidos - ha sido la gran conquista de esta ola de luchas en el Tercer Mundo.
Pero en sus luchas contra el imperialismo, los movimientos de liberación nacional se vieron
beneficiados -objetivamente- por la existencia y la fuerza del campo soviético. Digo objetivamente porqueno siempre -aunque lo haya hecho en muchos casos- la Unión Soviética ayudo, subjetivamente, a los movimientos en cuestión. Sin embargo, aun cuando le faltara un apoyo material o directo por parte laUnión Soviética, la simple existencia del campo comunista impedía a Occidente, y sobre todo a los Estados Unidos, aplastar con todos los medios a su disposición y sin temor de resistencias o represalias, estas luchas. La correlación de fuerzas globales no permitía, después de la Segunda Guerra Mundial, el tipo de campañas de exterminio libremente practicados (por Francia en Marruecos o Inglaterra en Irak) después de la Primera Guerra Mundial. Incluso los Estados Unidos siempre trataron de presentarse ante
los países del Tercer Mundo como un país anti-colonialista, como el producto de la primera revolución anti-colonialista del continente americano. La competencia diplomática y política entre Occidente y Oriente en el Tercer Mundo favorecía a los movimientos de liberación nacional.
Ahora, con la desaparición del campo comunista, las inhibiciones tradicionales que condicionaban al
Norte en sus relaciones con el Sur, lógicamente se desvanecieron también. Este es el segundo gran cambio de la última década. Su expresión en el campo de batalla de las ideas ha sido un creciente asalto contra el principio de la soberanía nacional. Aquí el momento decisivo ha sido la guerra de los Balcanes en 1999. La agresión militar contra Yugoslavia lanzada por la OTAN fue abiertamente justificada como una superación histórica del fetiche de la soberanía nacional, en nombre de valores más altos -o sea, en nombre del valor de los derechos humanos. Desde entonces, un ejercito de juristas, filósofos, e ideólogos han construido una nueva doctrina de 'humanismo militar', buscando demostrar que la soberanía nacional es un anacronismo peligroso en esta época de globalización, y que puede y debe pisotearse para universalizar los derechos humanos, tal como estos son entendidos por los países mas avanzados y, por supuesto, ilustrados. Desde el punto de vista del primer ministro británico -el socialdemócrata
Blair- hasta el punto de vista de filósofos liberales celebres como John Rawls, Jurgen
Habermas y/o Norberto Bobbio, se sostiene que existe una nueva 'ley de los pueblos' -ese es el titulo exquisito del ultimo libro de Rawls- que esta siendo preconizada para legitimar e incentivar
intervenciones militares por parte de los 'pueblos democráticos' -otra expresión espléndida de Rawls- y con el fin de llevar la libertad a los pueblos 'no-democráticos'. Hoy, en Irak, vemos el fruto de esta «apoteosis» de los derechos humanos.
Así, se puede decir que en el campo de ideas, la nueva hegemonía mundial esta basada en dos
mutaciones fundamentales del discurso dominante de la época de la Guerra Fría: primero, la
promulgación del capitalismo, declarado como tal, no simplemente como un sistema socio-económico preferible al socialismo, sino como el único modo de organizar la vida moderna concebible para la humanidad, para siempre. Segundo, la anulación abierta de la soberanía nacional como clave de las relaciones internacionales entre los estados, en nombre de los derechos humanos. Podemos dar cuenta de una conexión estructural entres estos dos cambios. Pues un reino ilimitado del capital -es decir de los mercados financieros contemporáneos- presupone una cancelación de hecho de muchos de las prerrogativas clásicas de un estado nacional que pierde su capacidad de controlar la tasa de cambio, la tasa de interés, su política fiscal y finalmente la estructura misma de su presupuesto nacional. En este sentido, la anulación jurídica de la soberanía nacional -en provecho del humanismo militar- completa y formaliza un proceso de erosión ya bastante avanzado.
Pero hay un tercer cambio, el más inesperado, que se delinea hoy en día. Mientras el neo-liberalismo ofrece un marco socio-económico universal, el humanismo militar propone un marco político universal. Ahora bien, ¿son suficientes, estos dos transformaciones ideológicas, para constituir una nueva hegemonía mundial? No, porque una hegemonía exige algo mas, exige la existencia de una potencia particular que organice y haga cumplir las reglas generales del sistema. En una palabra, no hay hegemonía internacional sin estado hegemónico. Esto ha sido uno de los puntos fundamentales tanto de la teoría marxista de la hegemonía forjada por Antonio Gramsci, como de las teorías anteriores del Realpolitik alemán -cuyo matiz político en cambio era conservador. Una potencia hegemónica tiene que ser un estado particular -con una serie de atributos que, por definición, no pueden ser compartidos por otros estados, dado que son estas peculiaridades las que precisamente lo hacen una super-potencia por encima de los otros estados. Un estado particular capaz, pues, de desempeñar un papel universal como
garantía del «buen funcionamiento» del sistema. Desde 1945 esta potencia ha sido los EE.UU. Pero con el colapso del bloque soviético, el ámbito de su hegemonía se ha extendido enormemente, volviéndose por primera vez verdaderamente global.
¿Como se articula, entonces, esta nueva prepotencia norte-americana con las innovaciones
ideológicas del neo-liberalismo y del humanismo militar? En la forma -que hubiera sido impensable solamente algunos anos atrás- de una rehabilitación plena y cándida del imperialismo, como un régimen político de alto valor, modernizante y civilizador. Fue el consejero de Blair en materias de seguridad nacional, Robert Cooper, una especie de mini-Kissinger de Downing Street, que inicio esta transvaluación contemporánea del imperialismo, dando como ejemplo conmovedor el asalto de la OTAN contra Yugoslavia. Después el nieto de Lyndon Johnson, el jurista constitucional y estratega nuclear Philip Bobbit (coordinador de los servicios de espionaje en el Consejo Nacional de Seguridad de Clinton) con su libro enorme El Escudo de Aquiles, predijo la teorización más radical y ambiciosa de la nueva hegemonía norteamericana. Hoy, artículos, ensayos y libros, celebrando el Impero Americano - típicamente embellecidos por largas comparaciones con el Impero Romano y su papel civilizador- caen en cascadas de las imprentas en los EE.UU.
Se debe subrayar que esta euforia neo-imperialista no es un exceso efímero de la derecha norteamericana; hay tanto demócratas como republicanos en el rango de sus próceres. Para cada Robert Kagan o Max Boot por un lado, hay un Philip Bobbitt o Michael Ignatieff por el otro. Seria un error grave ilusionarse que es solamente con Reagan o con los Bush que estas ideas han crecido; no, también Carter y Clinton, con sus Zbigniew Brzezinskis y Samuel Bergers al lado, han jugado un papel igualmente fundamental en su desarrollo.
Si -dicho en paréntesis- tanto el neo-liberalismo como el neo-imperialismo han sido políticamente bipartidarios en los EE.UU., y también en su aliado mas estrecho el Reino Unido, no es que el papel de la Centro-Derecha y de la Centro-Izquierda han sido idénticos en su emergencia y consolidación. En ambos casos, hubo una breve pero significativa iniciación del fenómeno por la Centro-Izquierda, seguida por su ampliación dinámica bajo la Centro-Derecha, y finalmente de su estabilización como sistema normal por la Centro-Izquierda. Así, el monetarismo neo-liberal se inicio en el Norte bajo los gobiernos de Carter y Callaghan en los tardíos anos setenta; fue dinamizado y ampliado enormemente bajo Reagan y Thatcher; y finalmente afianzado como rutina con Clinton y Blair. De modo análogo, las primeras
iniciativas audazmente neo-imperiales fueron conformadas en Afghanistán por Brzezinski; extendidas a Nicaragua, Grenada, Libia y otros sitios bajo Casey y Weinberger; y fueron normalizadas como sistema, en el Medio Oriente y en los Balcanes por Albright y Berger.
Ahora, en un segundo turno, hay una ampliación y radicalización -más allá de los mandos de Clinton bajoBush. Podemos esperar, si fuese elegido un Presidente demócrata en el año próximo, que las nuevas fronteras de las operaciones neo-imperialistas establecidas por Rumsfeld serían consolidadas como los parámetros normales de la hegemonía norteamericana en el futuro, aunque con un retórica más mansa y llorosa que la republicana. Todo pasa como si cada vez que el sistema «se atasca» con la Centro-Izquierda, acelera a toda velocidad con la Centro-Derecha, y luego regresa a una velocidad estable, de crucero, una vez más con el Centro-Izquierda.
Ahora, si tales son hoy en día los rasgos principales de la nueva hegemonía mundial en el campo de batalla de las ideas, ¿dónde se localizan los principales focos de resistencia a esta hegemonía, y qué formas específicas toman? Si miramos al escenario político global, podemos distinguir tres zonas geográficas distintas donde aparecen reacciones adversas a la hegemonía norte-americana. En los inicios de este año, Europa ha visto las manifestaciones callejeras más grandes de toda su historia en contra de la guerra que se preparaba en el Medio Oriente. En España, Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, millones de personas han expresado su oposición a la invasión de Irak, como también muchos ciudadanos norteamericanos mismos. Pero el centro de gravedad del movimiento pacifista internacional ha sido innegablemente europeo. ¿Cuanta esperanza se puede tener en esta importante reacción de la opinión publica europea?
No fue este un impulso inmediato o efímero, pues la hostilidad continua a la política de la Casa
Blanca sigue apareciendo reflejada en todos los sondeos posteriores a la guerra, como también en un torrente de artículos, manifiestos e intervenciones en los medios masivos de comunicación de los principales países del continente. Un tema concreto de esta ola reciente de anti-americanismo es la afirmación de una identidad histórica, propia de las sociedades europeas y absolutamente distinta de la de los EE.UU. El filósofo Habermas y muchos otros intelectuales y políticos europeos teorizan esta diferencia como un contraste de valores -Europa sigue siendo socialmente mas responsable con su estado de bienestar, mas humana con su negativa a sostener una legislación punitiva como la pena capital, mas tolerante y menos religiosa en sus costumbres, mas pacifica en sus relaciones exteriores, que América el Norte.
¿Cómo evaluar a estas pretensiones? Es claro que el modelo capitalista europeo ha sido, desde la
Segunda Guerra Mundial, mas regulador e intervencionista que el norteamericano, y que ningún estado europeo, y aun menos la Unión Europea, goza de un poder militar lejanamente comparable con el que esta a disposición de Washington. Pero hoy en día el neo-liberalismo reina en todas las sociedades europeas con los mismos lemas que en el resto del mundo -en términos de reducción de los gastos del estado, disminución de los beneficios sociales, desregulación de los mercados, privatización de las industrias y los servicios públicos. En este sentido, las diferencias estructurales entre la Unión Europea y los EE.UU son cada vez menores. Lo que aparece es una vaga noción que da cuenta de la existencia de una distancia cultural entre dichas unidades políticas, aunque obviamente, las sociedades europeas se encuentran cada año que pasa mas subordinadas a los productos de Hollywood y de Sillicon Valley. Sin embargo, esta distancia o reacción cultural a la que hacíamos referencia anteriormente constituye una base muy débil en términos de una resistencia política duradera frente a los EE.UU. Eso se ve muy claramente en el hecho de que la mayoría abrumadora de los manifestantes contra la guerra de Irak han
apoyado fervorosamente la guerra contra Yugoslavia, cuya justificación y modus operandi eran mas o menos idénticas -la diferencia principal que se presenta es que entonces el presidente era Clinton, un demócrata suntuoso y efusivo con el que tantos europeos se identificaban, y no el republicano Bush, que les parece un vaquero inaceptablemente hosco y rústico.
En otras palabras, no hay oposición de principio contra el neo-imperialismo en estos medios
europeos; solamente hay una aversión «de etiqueta» contra su mandatario actual. Por ello, no es casual que después de la conquista de Irak, el movimiento pacifista europeo se encuentre en una situación de reflujo, aceptando el hecho consumado, y sin expresar algún tipo de manifestación significativa de solidaridad con la resistencia nacional a la ocupación. A esto se suma el hecho de que los gobiernos europeos que se han opuesto inicialmente a la invasión de Irak (tal como Alemania, Francia y Bélgica) se han rápidamente acomodado a la conquista, buscando reparar tímidamente sus relaciones con Washington.
Pasemos ahora al Medio Oriente mismo. Aquí, el escenario es totalmente distinto, pues se combatearmas en mano contra la nueva hegemonía mundial. Tanto en Afganistán como en Irak, a la conquista relámpago norteamericana le siguió una resistencia guerrillera tenaz en el espacio territorial, la cual sigue causando dificultades serias para los EE.UU. Además, no hay la más mínima duda del apoyo masivo de la opinión pública árabe de toda la región respecto a estas luchas de liberación nacional
contra los ocupantes y sus títeres. Seria sorprendente si el mundo árabe no reaccionara de tal modo frente a las agresiones norteamericanas, dado que estas se desarrollan en una zona ex-colonial que experimenta cada día, con la bendición de Washington, la expansión del colonialismo israelí en los territorios palestinos. Este trasfondo histórico separa desde el principio el modo en que se lleva a cabo la oposición árabe y la oposición europea en relación a la nueva hegemonía mundial, y para esto hay que tener en cuenta que diversas potencias europeas fueron ellas mismas los colonizadores originales de la región. Pero hay dos factores más que diferencian la resistencia árabe de la europea.
Aquí también entra en juego un contraste cultural con la super-potencia, el cual es mucho mas
profundo porque se sostiene en una religión milenaria, el Islam. El islamismo contemporáneo, con toda la variedad de sus matices, es infinitamente más impermeable a la penetración de la cultura e ideología norteamericana que la vaga identidad bienestarista de la que se jactan los europeos. Como lo hemos visto repetidamente, aquel es capaz de inspirar actos de contra-ataque de una ferocidad sin par.
Además, esta antigua fe religiosa se conjuga con un sentimiento absolutamente moderno de
nacionalismo moderno, rebelándose contra las miserias y humillaciones de una zona regida durante décadas por regímenes feudales o títeres corruptos y brutales. La combinación de lo cultural-religioso y de lo nacional hace de la resistencia islamo-árabe contemporánea una fuerza que no se agotara fácilmente. Pero al mismo tiempo, esta tiene sus límites. Le falta lo social - es decir una visión creíble de una sociedad moderna alternativa a lo que busca imponer en el Medio Oriente la potencia hegemónica.
La Sharia no es un ideal capaz de enfrentar los retos del neo-liberalismo. Mientras tanto, siguen
oprimiendo sus pueblos los diversos regímenes tiránicos y atrasados de la región, todos - sin excepción alguna - prontos a colaborar con los EE. UU. Como ha demostrado ad libitum la Liga árabe, y la experiencia del la primera guerra del Golfo.
El tercer foco de resistencia se halla aquí, en América Latina. Tres rasgos decisivos distinguen esta zona de las anteriores. En primer lugar, en América Latina se encuentra una combinación de factores mucho mas fuerte y prometedora que en Europa o en Medio Oriente, pues aquí y solamente aquí, la resistencia al neo-liberalismo y al neo-imperialismo conjuga no solamente lo cultural sino lo social con lo nacional - es decir, comporta una visión emergente de otro tipo de organización de la sociedad, y otro modelo de relaciones entre los estados. En segundo lugar, América Latina -y esto es un hecho que a menudo se olvida- es la única área del mundo con una historia continua de trastornos revolucionarios y luchas políticas radicales desde un siglo. Ni en Asia, ni en Africa, ni en Europa, encontramos equivalentes a la cadena de revueltas y revoluciones que han marcado la especifica experiencia latinoamericana, la cual, de aquí a un siglo atrás viene dando cuenta de nuevas explosiones que se suceden a derrotas. El siglo XX ha empezado con la revolución Mexicana que tuvo lugar antes de la Primera Guerra Mundial. Se trata de una revolución victoriosa pero que también fue esterilizada en lo que hace a muchas de sus aspiraciones populares. Entre las dos guerras, hay una serie de levantamientos heroicos y experimentos políticos derrotados: el Sandinismo en Nicaragua, la revuelta aprista en Perú, la insurrección en El Salvador, la revolución de 1933 en Cuba, la intentona en Brasil, la
breve república socialista y el frente popular en Chile.
Pero con la Segunda Guerra Mundial comienza un nuevo ciclo, con el primer peronismo - en su fase jacobina- en Argentina, el bogotazo en Colombia y la revolución Boliviana de 52. Al final de la década estalla la revolución cubana. Sigue una ola de luchas guerrilleras a través del continente, y la elección del gobierno de Allende en Chile. Todas estas experiencias fueron aplastadas con el ciclo de dictaduras militares que comenzaron en Brasil en el 64 y luego allanaron el camino a Bolivia, Uruguay, Chile, Argentina en los años setenta de plomo. A mediados de la década, la reacción parecía victoriosa casi en todas partes. De nuevo, sin embargo, se encendió el fuego de la resistencia con el triunfo de la revolución sandinista, la lucha de los guerrilleros salvadoreños, y la campana masiva para elecciones directas en Brasil. También esta ola de insurgencia popular fue desmontada o destruida impiadosamente. A mediados de los anos noventa, reinaba casi en todos los países latino-americanas versiones criollas del neo-liberalismo norte-americano, instalados o apoyados por Washington - los regímenes de Menem en Argentina, Fujimori en Perú, Cardoso en Brasil, Salinas en México, Sánchez Losada en Bolivia, etcétera. Finalmente, con una democracia estable restaurada, y políticas económicas excelentes, creía el Departamento del Estado, América Latina se había convertido en una retaguardia segura y tranquila del Impero global. Hoy en día, el paisaje político se ha cambiado de nuevo radicalmente. El ciclo popular mas reciente, que comenzó con la revuelta zapatista en Chiapas, ya ha visto la llegada al poder de Chávez en Venezuela, las victorias de Lula y Kirchner en Brasil y Argentina, el derrumbe de Sánchez Losada en Bolivia, y los estallidos sociales repetidos en Perú y Ecuador.
Tercer rasgo distintivo del escenario latinoamericano: aquí, y solamente aquí, encontramos
coaliciones de gobiernos y de movimientos en una frente amplio de resistencia a la nueva hegemonía mundial. En Europa, el movimiento pacifista y alterglobalista ha sido mucho más extenso que la oposición diplomática de algunos gobiernos a la guerra de Irak. Esta asimetría entre la calle y el palacio ha sido una de las características mas significativas de la situación europea, donde la mayoría de los gobiernos - incluyendo no solamente Gran Bretaña, sino España, Italia, Holanda, Portugal, Dinamarca y todos los nuevos satélites de Washington en Europa del Este - no solamente apoyaron la agresión contra Irak, sino participan en la ocupación, mientras que la mayoría de sus poblaciones se opusieron a la Guerra. En Medio Oriente, esta asimetría entre la hostilidad casi unánime de la calle a la conquista de Irak y la complicidad casi unánime de los regímenes con el agresor es aun mas dramática, o en efecto, total.
En América Latina, en contraste, se ve una serie de gobiernos que en grados - y campos - diversos tratan de resistir a la voluntad de la potencia hegemónica, y un conjunto de movimientos sociales típicamente mas radicales que luchan para un mundo diferente, sin inhibiciones diplomáticas o ideológicas; allí se encuentran desde los Zapatistas en México y los Sem Terra en Brasil, a los cocaleros y mineros de Bolivia, los piqueteros de Argentina, los huelguistas de Perú, el bloque indígena en Ecuador, y tantos otros. Esta constelación dota el frente de resistencia de un repertorio de tácticas y acciones, y de un potencial estratégico, superior a cualquier otra parte del mundo. En Asia, por ejemplo, pueden haber gobiernos mas firmes en su oposición a los mandos económicos y ideológicos norteamericanos -la Malasia de Mahathir es un caso obvio- pero faltan poderosos movimientos sociales; y donde existen tales movimientos, los gobiernos típicamente se muestran mas o menos serviles, como en Corea del Sur, cuyo Presidente ahora promete tropas para ayudar a la ocupación de Irak.
Entonces, es lógico que si miramos a las dos iniciativas más impresionantes de resistencia
internacional a la nueva hegemonía mundial, ambas se originaron aquí en América Latina. La primera, por supuesto, ha sido la emergencia del Foro Social Mundial, con sus raíz simbólica en Porto Alegre; y la segunda, la creación del G-22, en Cancún. En ambos casos, lo notable es un verdadero frente intercontinental de resistencia, que englobo de manera muy diversa movimientos en un caso y gobiernos en el otro. Ahora bien, tanto el Foro Social como el G-22 han concentrado sus esfuerzos de resistencia en el sector neo-liberal del frente enemigo, es decir, esencialmente en la agenda económica de la potencia hegemónica y sus aliados en los países ricos. Aquí, correctamente, los blancos centrales han sido el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. En esta batalla de ideas, la noción de mercados libres - es decir, sistemas de intercambio de las mercancías, del trabajo, y del capital puros y autónomos, sin interferencias políticas u otras - ha sido cada vez mas claramente expuesta con una mitificación. Todos los mercados, en todos los tiempos, son construidos y regulados
políticamente: la única cuestión pertinente es que tipo de política los moldean y determinan. El neoliberalismo busca imponer su 'Gran Transformación' (para usar la formula acunada por Karl Polanyi) para el advenimiento del liberalismo clásico del laissez-faire en la época victoriana. Como su predecesor, este proyecto - a escala mundial - comporta la imposición de reglas de comercio que favorecen los intereses de los estados y corporaciones metropolitanos en detrimento de los intereses de los países periféricos.
El proteccionismo, se vuelve un privilegio reservado al Norte, mientras que en el Sur es visto como una infracción a las leyes fundamentales de toda economía sana. Comparada con estas hipocresías, la noción medieval de un 'precio justo' podría parecer un modelo de ilustración. El ataque que se llevo a cabo en Cancún contra las arrogancias ideológicas y abusos prácticos de la potencia hegemónica y sus aliados fue un acierto.
Sin embargo -y aquí las discrepancias entre gobiernos y movimientos se destacan - resistir a las
pretensiones hegemónicas en el área del comercio, defender por ejemplo- el MERCOSUR contra el ALCA - no puede conducir a resultados muy animadores, si al mismo tiempo se obedece dócilmente al Fondo Monetario lnternacional y los 'mercados financieros' en materias tan cruciales como la tasas de interés, el patrón fiscal, el sistema de pensiones, el así llamado superávit primario, para no hablar de respuestas a la exigencia popular de una redistribución igualitaria de tierras. Aquí el rol de los movimientos sociales se vuelve decisivo. Solo su capacidad de movilizar a las masas - campesinos, obreros, informales, empleados - y combatir, si necesario sin treguas, gobiernos oscilantes u oportunistas, puede asegurar políticas sociales mas igualitarias y justas. La democracia de la que se jactaban los gobiernos neo-liberales de la último década siempre ha sido un asunto restringido y elitista, con baja participación electoral, y alta interferencia del poder del dinero. La democracia de que necesita una resistencia efectiva a la nueva hegemonía mundial es algo distinto: requiere de un ejercicio del poder desde abajo, cuyas formas embrionarias se van delineando en los presupuestos populares de Porto Alegre, los comités de la insurgencia boliviana, la auto-organización de los ranchitos venezolanos, las
ocupaciones de los Sem Terra.
Si bien es cierto que hay muchos brotes prometedores de resistencia regional e internacional contra el neo-liberalismo, también cabe preguntarse: ¿Cuál es la situación respecto al frente de combate contra el neo-imperialismo? Aquí el escenario sigue siendo más sombrío. Los primeros Foros Sociales han evitado cuidadosamente el tópico -aparentemente demasiado candente- del nuevo belicismo norteamericano.
En Europa, hubo no poca gente que engullendo la idea de un humanismo militar en defensa
de los derechos humanos apoyaron el bombardeo de Belgrado. Entre los gobiernos, naturalmente, se ve aun menos apetito para enfrentar la potencia hegemónica en su terreno más fuerte, el campo militar. La reacción de los varios gobiernos latino-americanos a la invasión de Irak se podría resumir en el repudio inmediato del cual fue objeto el desgraciado embajador chileno en las Naciones Unidas por parte del Presidente social-demócrata Lagos, cuando en un momento distraído de una charla informal condeno la agresión anglo-americana, y por ello recibió una telegrama furioso por parte de la Moneda en donde se le ordenaba rectificar su lapsus. Chile no condenó la agresión, la 'lamentó'. Los otros gobiernos latinoamericanos no han demostrado mayor coraje: las únicas dos excepciones fueron Cuba yVenezuela.
Ahora bien, este frente de resistencia a la nueva hegemonía mundial exige una crítica consistente de sus conceptos-claves. Aquí la batalla de ideas para la construcción de una alternativa tiene que concentrar sus miras en dos puntos decisivos: los derechos humanos y las Naciones Unidas, que se han vuelto hoy en día instrumentos de las estrategia global de la potencia hegemónica. Tomemos primero los derechos humanos. Históricamente, la declaración que la introdujo al mundo, de 1789, ha sido uno de las grandes proezas políticas de la revolución francesa. Pero, como era de esperar, a esta noción - fruto de la ideología de una gran revolución burguesa -le faltaba una base filosófica que la sostenga. El derecho no es un fenómeno antropológico: es un concepto jurídico, que no tiene significado fuera de un marco legal que instituye tal o cual derecho en un código de leyes. No puede haber derechos humanos en abstracto- es decir, trascendente respecto a cualquier estado concreto, sin la existencia de un código de leyes. Hablar de derechos humanos como si estos pudiesen pre-existir mas allá de las leyes que les darían vida -como es común- es una mitificación. Fue por eso que el pensador utilitarista clásico, Jeremy Bentham, las denominó "tonterías en zancos" y Marx, cuya opinión de Bentham no era muy alta, en este
punto le dio toda la razón, sin dudar en citarlo a tal propósito.
El hecho obvio es que no puede haber derechos humanos como si fuesen datos de una antropología universal, no solamente por que su idea es un fenómeno relativamente recient e, sino también por que no hay ningún consenso universal en la lista de tales derechos. De acuerdo con la ideología dominante, la propiedad privada -inclusive, naturalmente la que concierne los medios de producción- es considerada un derecho humano fundamental - proclamado como tal, por ejemplo, en la guerra contra Yugoslavia, cuando el ultimátum norte-americano a Rambouillet que deflagró el ataque del OTAN exigió no solamente libertad y seguridad para la población de Kosovo, el libre movimiento de las tropas de la OTAN a través del territorio yugoslavo, sino también tranquilamente estipulo - cito - que 'Kosovo tiene que ser una economía del mercado'. Incluso, dentro de los parámetros de la ideología dominante en los EE.UU, se contrapone diariamente el derecho a decidir con el derecho a vivir respecto al tema del aborto. No hay ningún criterio racional para discriminar entre tales construcciones, pues los derechos son
constitutivamente maleables y arbitrarios como toda noción política: cualquiera puede inventar uno a su propio antojo. Lo que normalmente representan son intereses, y es el poder relativo de estos intereses lo que determina cual de las diversas construcciones rivales predomina. El derecho al empleo, por ejemplo, no tiene ningún estatuto en las doctrinas constitucionales de los países del Norte; el derecho a la herencia, sí.
Entender esto no implica ninguna postura nihilista. Si bien los derechos humanos (pero no los
derechos legales) son una confusión filosófica, existen necesidades humanas que en efecto prescinden de cualquier marco jurídico, y corresponden en parte a fenómenos antropológicos universales - tales como la necesidad de alimentación, de abrigo, de protección contra la tortura o el maltrato - y en parte corresponden a exigencias que son, hegelianamente, productos del desarrollo histórico - tales como las libertades de expresión, diversión, organización, y otras. En este sentido, en vez de derechos, es siempre preferible hablar de necesidades: una noción más materialista, y menos equivoca.
Pasemos ahora a nuestro humanismo militar, escudo ilustrado de los derechos humanos en la nueva hegemonía mundial. He observado que el Foro Social y más generalmente los movimientos alterglobalistas han prestado poca atención al neo-imperialismo, prefiriendo concentrar su fuego en el neo-liberalismo. Sin embargo, hay un lema internacional movilizador muy sencillo que podrían adoptar. Este consiste en exigir el cierre de todas - repito todas - las bases militares extranjeras en todo el mundo. Actualmente, los EE.UU mantienen tales bases en más de cien - repito: cien - países a través del planeta. Debemos exigir que cada una de estas bases sea cerrada y evacuada, desde la más antigua e infame de todas, aquí en Guantánamo, hasta las más nuevas, en Kabul, Bishkek y Baghdad. Lo mismo para las bases británicas, franceses, rusas y otras. ¿Qué justificación tiene estos tumores innumerables en el flanco de la soberanía nacional, si no es simplemente la raison d'etre del Impero y sus aliados?
Las bases militares norteamericanas constituyen la infraestructura estratégica fundamental de la
potencia hegemónica. Las Naciones Unidas, ellas, proveen una superestructura imprescindible de sus nuevas formas de dominación. Desde la primera Guerra del Golfo en adelante, la ONU ha funcionado como un instrumento dócil de sus sucesivas agresiones, manteniendo durante una década el bloqueo criminal de Irak, que ha causado entre 300 y 500 mil muertos, la mayoría niños, consagrando el ataque de la OTAN contra Yugoslavia, donde propicio y sigue propiciando servicios pos-ventas a los agresores en Kosovo, y ahora colaborando con los ocupantes de Irak para edificar un gobierno de marionetas norte-americanas en Bagdad, y coleccionando fondos de otros países para financiar los costos de la conquista del país. Desde el desaparición de la Unión Soviética, el mando de Washington sobre la ONU se volvió casi ilimitado. La Casa Blanca escogió directamente, sin ningún pudor, el actual Secretario General como su mayordomo administrativo en Manhattan, descartando su predecesor como insuficientemente servil a los Estados Unidos. El FBI abiertamente escucha a escondidas a todas las
delegaciones extranjeras en la Asamblea General. La CIA penetró sin siquiera desmentir sus actividades
- de conocimiento público el cuerpo de los así llamados inspectores en Irak, de pie a cabeza. No hay medida de soborno o chantaje que no utilice diariamente el Departamento de Estado para doblegar a los representantes de las naciones a su voluntad. Hay ocasiones, aunque cada vez mas raras, cuando la ONU no aprueba explícitamente los proyectos y decisiones de los EE.UU en los que Washington toma la iniciativa unilateralmente, y entonces la ONU lo autoriza post-facto, como un hecho consumado. Lo que jamás acontece ahora es que la ONU rechaza o condena una acción estadounidense.
La raíz de esta situación es muy simple. La ONU fue construida en los tiempos de Roosevelt y
Truman como una maquina de dominación de las grandes potencias sobre los demás países del mundo, con una fachada de igualdad y democracia en la Asamblea General, y una concentración férrea del poder en manos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, arbitrariamente escogido entre los vítores de una Guerra que no tiene ninguna relevancia hoy. Esta estructura profundamente oligárquica se presta a cualquier tipo de mando y manipulación diplomáticos. Es esto lo que ha conducido a la organización -que en principio debería ser un baluarte de la soberanía nacional de los países pobres del mundo- a su prostitución actual, convertida en una mera mascara para la demolición de esta soberanía en nombre de los derechos humanos, transformados a su vez - naturalmente- en el derecho de la potencia hegemónica de bloquear, bombardear, invadir y ocupar países menores, según le venga en gana.
¿Que remedio es concebible a esta situación? Todos los proyectos de reforma de Consejo de
Seguridad se han hundido a partir del rechazo de los monopolistas del veto a renunciar a sus privilegios, que ellos tienen además el poder de proteger. Todos los reclamos de la Asamblea General para una democratización de la organización han sido, y serán, en vano. La única solución plausible a este impasse parecería ser el retiro de la organización de uno o varios países grandes del Tercer Mundo, que podrían deslegitimarla hasta que el Consejo de Seguridad sea forzado a aceptar su ampliación y una redistribución de poderes reales dentro de la Asamblea General. De la misma manera, además, la única esperanza de desarme nuclear serio es el retiro de uno o varios países del Tercer Mundo del infame Tratado de No-Proliferación Nuclear - que debiera ser llamado el Tratado para la preservación del oligopolio nuclear- para forzar a los verdaderos detectores arrogantes de los armamentos de destrucción masiva a renunciar a sus privilegios. Samir Amin ha hablado aquí de necesidad de restaurar cualquier resistencia seria a la nueva hegemonía mundial. Estoy de acuerdo. Añadiré que los principios de tal igualdad tienen que ser no solamente económicos y sociales dentro las naciones, sino también políticos y militares entre las naciones.
Estamos lejos de esto hoy. Tan lejos como puede verse en la última resolución del Consejo de
Seguridad, votada en este mismo mes de octubre. En esta, el órgano supremo de las Naciones Unidas ha solemnemente dado su bienvenida al consejo títere de las fuerzas de ocupación de Irak designándolo como la encarnación de la soberanía Irakí, condenado los actos de resistencia a la ocupación, llamado a todos los países a ayudar en la reconstrucción de Irak bajo los designios de esas mismas fuerzas títeres, y nombrado a los Estados Unidos como el mandatario reconocido de una fuerza multinacional de ocupación del país. Esta resolución, que no es otra cosa que el acto de bendición de la ONU a la conquista de Irak, fue aprobada unánimemente. La firmaron: Francia, Rusia, China, Alemania, España, Bulgaria, México, Chile, Guinea, Camerún, Angola, Siria, Pakistán, Reino Unido y Estados Unidos. La Francia supuestamente gaullista, la China supuestamente popular, Alemania y Chile supuestamente social-demócratas, Siria supuestamente baasista, Angola rescatada una vez por Cuba de su propia invasión, para no hablar de los demás clientes mas familiares de los EE.UU -todos cómplices de la recolonización de Irak. Esta es la nueva hegemonía mundial. Combatámosla.
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(*) Perry Anderson es editor de la New Left Review. Conferencia impartida en la III Conferencia Científica del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales- CLACSO- La Habana, Cuba, 30 de octubre de 2003. Cuba - La Jiribilla | Nro. 129

martes, 23 de septiembre de 2008

Campo de combate

Redefiniciones del modelo.
La crisis del campo Una aproximación
Tal vez dentro de unos años se recuerden vagamente los sucesos que comenzaron en marzo de 2008 y pasen a engrosar la larga lista de eslabones perdidos u oxidados de una compleja cadena de hechos que nos lleve a quién sabe dónde. Argentina es una extraordinaria caja de sorpresas y suele desafiar todas las leyes. Sin embargo a la fecha resulta necesario una mirada detallada sobre los distintos elementos y actores en acción, aunque estemos parados en el mismo barro que intentamos investigar. ¿Qué estuvo y está en juego? ¿Se trató simplemente de la lucha entre un gobierno que intentó poner en caja a un sector que se le revela porque su rentabilidad disminuye o de un sector voraz que no quiere ceder nada de la extraordinaria renta que obtiene del elevado precio internacional de la soja? ¿O fue una lucha en la que el capital más concentrado ataca la lenta recuperación del sector asalariado? En definitiva, ¿qué se discute? ¿Por qué los productores agropecuarios tomaron una medida extrema? ¿Por qué se aliaron sectores que ni el más arriesgado de los observadores, hubiera pensado que se aliaban? ¿Cuál es el lazo del Gobierno con la República de la Soja? ¿Qué rol cumplieron los medios? ¿Puede emparentarse este conflicto con el que encabezó Blumberg durante el gobierno de Néstor Kirchner? ¿Por qué reaparecieron los fantasmas del golpismo y el “clima destituyente”? ¿Cómo se maneja el poder en esta poliarquía que es hoy Argentina?
Cuando la mirada de los economistas y analistas políticos vernáculos se centraba en cómo iba a impactar en nuestra economía la crisis desatada en Los Estados Unidos tras el crack inmobiliario, el conflicto del campo argentino explotó en la cara de la sociedad argentina. Resulta necesario investigar porqué alcanzó semejante grado de virulencia, poniendo en jaque al nuevo gobierno, con la renuncia de un Ministro de economía que estuvo sólo 4 meses en su cargo, generando además un significativo desabastecimiento de alimentos, aumento de precios y dando paso a una serie de fenómenos culturales, sociales y políticos que, aunque en estado larvario, no habían hecho eclosión sino hasta marzo de 2008.

Argentina no para de crecer desde la crisis 2001-02 a un ritmo vertiginoso cercano al 8% anual. El actual ciclo económico resulta ser uno de los más positivos de la trágica historia Argentina e inédito para los últimos 100 años. Un representante del establishment económico como Federico Sturzzenegger (designado luego Director del Banco Ciudad por el Jefe de gobierno de CABA, Maurizio Macri), señalaba a la revista Noticias el 12 de enero de 2008, que el "milagro Argentino", el crecimiento a tasas asiáticas, eran producto de las reformas implementadas en los noventa y que el proceso que se vivía hoy, era el "segundo tiempo" de esa reforma. Si bien en todo proceso de cambio hay continuidades, la apuesta del economista neoliberal era elevada y mostraba dos elementos muy interesantes: en primer lugar, que no se puede tapar el sol con las manos y en segundo lugar, que el poder hegemónico necesita constantemente legitimarse. Los misiles del otro lado le cayeron por doquier.
Otro indicador destacable de estos tiempos resulta ser la baja de la tasa de desempleo, mientras que la persistente inflación, conjuntamente con los extraños desmanejos que del IPC hace el Indec, es la contracara del proceso. Este flanco débil de la política del anterior gobierno de Néstor Kirchner y de CFK había comenzado a ser aprovechado por la oposición política, económica y mediática. Fue la primera grieta de peso específico de la era K. La alarma fue encendida y la usina de ideas para combatir a la inflación fue activada rápidamente, alimentándose del pensamiento neoliberal y de aquellos que desplazados del manejo de la cosa pública, operan produciendo papers y recetas. Comenzaron a señalar qué hacer, aunque en las antípodas del pensamiento del creador de esa fundacional pregunta. Algunos gurúes económicos invocando falsamente a Keynes, recomendaron enfriar la economía, para desacelerar la inflación desactivando la demanda, en un contexto en el que buena parte de los sindicatos buscaban recomponer los salarios a través de negociaciones colectivas.
Otra dato fundamental es que en el plano internacional, el precio de los alimentos no para de subir, provocando un dolor de cabeza a más de un gobierno.

El crecimiento de la economía argentina está sustentado en buena medida en un régimen del tipo de cambio competitivo. Tras el traumático abandono de la convertibilidad, el sector exportador adquirió un dinamismo que hacía años (décadas) no tenía permitiendo además, colocar un limitador a las importaciones, dado que el valor del dólar generó un paraguas protector sobre la industria nacional. De todas formas Argentina mantiene, pese a los años transcurridos desde su conformación como estado nacional, la característica de seguir siendo productor-exportador de productos primarios de bajo valor agregado, dependiendo especialmente de lo que genera su campo en granos y animales para obtener divisas. Sin embargo, el mantenimiento de ese perfil poco sofisticado lo está favoreciendo en estos años, dada la actual situación internacional, que demanda insistentemente este tipo de productos, tras el ingreso explosivo al mercado mundial de alimentos de China y en menor medida de India. Esto es así debido al mejoramiento de las condiciones de vida y diversificación de la alimentación de los habitantes de estos países, que hizo que el precio de estos productos creciera casi geométricamente. Por otra parte, la Guerra de Irak y las otras cruzadas emprendidas por George W. Bush, no han hecho otra cosa que aumentar el valor del barril de petróleo llegando a pasar la impensada barrera de los 100 dólares y estimulando el desarrollo y crecimiento de fuentes alternativas de energía como la obtención de biocombustibles en base a la producción de caña de azúcar, maíz y soja. Estos hechos elevaron el valor de todos estos productos, siendo la soja la vedette en este nuevo proceso.

La soja no es un producto que los campos argentinos desconocieran. Buena parte de los productores de trigo, la tenían como cultivo complementario, dado que se podía combinar con el anterior producto estrella de las pampas. Pero nunca la soja fue un producto que se consumiera masivamente en el país, dado que no formaba ni forma parte sustancial de la dieta de los argentinos.
El mejoramiento de los precios internacionales como consecuencia del aumento de la demanda, hizo que el campo argentino consiguiera un salvavidas ante la situación cuasi terminal en la que se encontraba tras la aventura menemista. Hace diez años comenzó a crecer la siembra de esta oleaginosa y no se sabe aún cuál es su techo.
Recordemos que tras los 90, la mayor parte de los productores del campo estaban endeudados y sin perspectivas de crecer por obra y gracia, fundamentalmente, del 1 a 1. El progresivo abandono estatal del campo, dejó al mercado (léase los grandes productores) con la toma de decisiones, y numerosos quebrantos. Los medianos y pequeños productores que no pudieron adaptarse a las nuevas de juego y que no tenían la protección de organismos como la Junta Nacional de Carnes, Junta Nacional de Granos, etc., eliminados por el vendaval neoliberal en los 70, fueron puestos en situación de extinción. Tal como señala Edgardo Mocca, "El estado ausente es un mito, el Estado interviene siempre. Lo que varía es el sentido de la intervención, sus beneficiarios y sus afectados." (ver nota ...pero las hay)
Una mirada a vuelo de pájaro por la historia económica argentina, nos muestra que tras períodos de dólar barato siguen crisis profundas. La devaluación la pagan siempre de manera más traumática los sectores de menores ingresos. Y la crisis del comienzo del siglo XXI no fue la excepción.

La licuación de los pasivos que significó pesificar el dólar a 1.40 para las deudas y su cotización de alrededor de los 3 pesos, ayudó a que un elemento negativo (las deudas) quedara neutralizado; provocando que el negocio agrícola-ganadero recuperara cierto atractivo, en especial el de la soja. Pero al ser un negocio rentable, muy rentable o hiper-rentable de acuerdo al volumen involucrado, fueron atraídos a la escena poderosos grupos económicos de muy variado origen. Si era un negocio, entonces ellos no debían faltar, transformando las reglas de juego. Si los poderosos participan no será para hacer beneficencia. Las condiciones de propiedad, arrendamiento de los campos, el precio de las semillas, del almacenamiento, transporte fueron transformándose frenéticamente. Se comenzó a sembrar soja en cualquier parte, no sólo en la pampa húmeda. Ya el gobierno de Duhalde, ante el crecimiento del negocio en torno a la soja, fijó retenciones en el orden del 20 % para las exportaciones de esta oleaginosa mágica. En determinados sectores no hace falta sembrar para ganar dinero. Basta con arrendar un campo de unas 150 ha en la zona de la pampa húmeda para que una familia gane 9000 pesos mensuales, ingresos muy alejados para cualquier habitante de una ciudad.

Otros sectores del campo, mostraban un desarrollo más conflictivo, pero íntimamente relacionado con el crecimiento de la soja. Para 2006 se desató una importante crisis en torno al negocio de la carne, dado que el precio de los distintos cortes en el mercado interno no paraba de crecer, provocando la baja del consumo popular y fuertes distorsiones en la cadena de comercialización. Se generaron acuerdos de precios que resultaron ser muy precarios, dado que ningún sector involucrado cumplía con lo firmado. La situación se agravó con la medida gubernamental de cerrar las exportaciones de carne vacuna. A los productores les quedaba abierto sólo el camino de vender a 3.70 pesos el kg. en el mercado local, cuando el precio internacional era de 10. El gobierno entendía que el aumento era, obviamente, debido a que los valores internacionales resultan ser más tentadores que los locales y por lo tanto mató al perro para que se acabara la rabia. Ningún sector se hacía cargo de su cuota parte en el problema: algunos productores se quejaban porque vendían sus cabezas de ganado al mismo precio de siempre. Otros productores, que habían reformulado el negocio de la crianza de ganado, utilizando el modelo de producción intensiva americano para "crear" carne al gusto de consumidores internacionales, se quejaban porque se les impedía hacer su negocio. Se quejaban los carniceros que les resultaba imposible vender los cortes populares a los precios indicados, dado que los frigoríficos les entregaban la carne a valores cercanos, o en muchos casos superiores a lo pautado. Los frigoríficos se quejaban de que recibían menos reses dado que se notaba un estancamiento en la cantidad de cabezas de ganado. Los grandes frigoríficos se quejaban porque no podían exportar diciendo a su favor que se exportan cortes que el argentino no consume. Puede pensarse que alguien de la cadena de comercialización evidentemente se llevaba algo más o bien que se había firmado cualquier cosa.
Puesto que la carne vacuna forma parte importante de la dieta de los argentinos y que la bonanza económica permitió absorber en parte el aumento, la demanda mostró su elasticidad. Para fin de 2007 el argentino consumía casi 68 kilos de carne vacuna al año, acercándose al promedio histórico que había sido visto de muy lejos tras la crisis 2001-2002, pero más crecía el consumo de pollo (crecimiento de 17 kg a casi 28) cuyo precio es más accesible a los sectores populares. La estructura oligopólica de comercialización y transporte, pone una serie trabas a la hora de diseñar políticas de abaratamiento, dado que las grandes cadenas de supermercados, aprovechan su situación para fijar precios sin importar cuál es el valor al que reciben el producto.
Agazapados, los productores de ganado vacuno, desfavorecidos por la situación, tragaron saliva, pegaron unos gritos y continuaron masticando bronca a la espera de oportunidades. Fueron muchos los productores incrementaron los espacios de sus campos destinados a sembrar soja.
El conflicto de la carne no tuvo uno solución real, aunque el 7 de marzo de 2008 se anunciara un acuerdo entre el Gobierno, los frigoríficos, los carniceros y los supermercados. En esencia, el crecimiento nulo de la cantidad y el peso de las cabezas de ganado del país hace que todo acuerdo se torne temporal y precario.
Ya Eduardo Buzzi, el presidente de la FAA, ensayaba en esa fecha disparos con munición gruesa contra el gobierno representado en la figura del Secretario de Comercio: Guillermo Moreno, a quien acusaba de "amedrentar" señalando "Este es un clima de miedo, la represión que ya vivimos en otros tiempos en la Argentina. No me parece que sea el camino" (Página 12, 8-03-08). Moreno representa muy bien el papel de policía malo en toda esta película.
En el año 2005 el INTA, junto a especialistas académicos de la UBA, le presentó al entonces Ministro de Economía, Roberto Lavagna, un plan para revertir la crisis continua del sector. Fue desestimado. A nivel diagnóstico el plan indicaba que era necesario modificar los efectos que la tendencia imperante de arrinconamiento de la cría de ganado por el crecimiento del espacio destinado a la soja generaba en el sector. Al quedar menos espacio para la cría y el engorde de ganado, se proponía aumentar el peso promedio de las vacas en el momento de ser faenadas. Se preveía aumentar ese peso promedio de 210 kg. (peso promedio al momento de presentación del trabajo) a 550, peso promedio al que se faena en el mercado internacional. No se trataba de un problema de cabezas, sino de peso. El INTA consideraba que era posible hacer crecer el tonelaje faenado, pasando de algo más de 3 millones a más de 8, cifra a la cual se llegaría aumentando el número de cabezas existentes multiplicado por 3 las 55 millones de cabezas existentes, cosa que es imposible de acuerdo a la disponibilidad de tierras, pero sí era posible el aumento del peso. De hecho el método de engorde con alimento balanceado (denominado feed-lot) venía salvando al sector, aunque exigió algunas transformaciones en el modo de producir. Surge la pregunta cómo hacer para que los productores aumenten el peso de sus animales: la intervención del Estado, desgravando impuestos para los productores de animales que en el momento del faenado superen los 400 kg. actuaría como soporte de la medida. También se podrían subsidiar elementos como las pasturas y fertilizantes. A mayor oferta, el precio bajaría.
Con la crisis desatada por las retenciones móviles, este plan fue reflotado y puesto a consideración de las entidades rurales, al cual se le agregaron la mayor presencia del Estado en el control sanitario, análisis de toda la cadena de generación de valor para evitar pérdidas de los desechos, fletes, etc. Cuando todo parecía indicar que estaba listo el acuerdo del sector cárnico, los productores patearon el tablero y se fueron otra vez a cortar las rutas.

Otro frente de conflicto del sector correspondió a la leche y toda su cadena de producción y comercialización. Comenzaremos por la supuesta finalización del conflicto, que en realidad sufre un serio problema estructural con un origen similar al anterior: el sector no crece, manteniendo el mismo nivel de producción (1700 millones de litros de leche del 2007, frente a los 15000 que se producían en promedio durante la década del 90) desde hace más de 10 años, con una población que aumenta en número y que creció en capacidad de consumo en los últimos años.
El 28 de diciembre del año 2007, el Gobierno y los sectores lecheros firmaron un acuerdo en el que por 6 meses se comprometían a mantener estables los valores de la leche y algunos derivados. Las cifras involucradas eran las siguientes:
2770 dólares por tonelada (Valores FOB) para la leche en polvo para la exportación que con un valor en el mercado internacional de 4500, permitiría generar un fondo compensador; mantenimiento de los precios de 14 productos derivados de la leche; 83 centavos el precio del litro de leche que recibiría el tambero (aunque el omnipresente Moreno quería que fuera más bajo: 0.73 centavos).
Clarín graficaba con el siguiente título, en una nota secundaria el suceso: "Satisfacción de dirigentes de la Rural y la Federación Agraria", algunos de cuyos párrafos salientes eran:
"El responsable del Departamento de Lechería de la SRA, Daniel Pelegrina, expresó la satisfacción" sectorial del acuerdo debido a que "rescatamos el ámbito de trabajo para el futuro". Además se mostró confiado ya que "se pudo destrabar el conflicto en todo el país".
(...) "Desde ahora se seguirá trabajando fuertemente para que haya incentivos en la producción láctea, de modo de poder elevarse la oferta productiva y abastecer la demanda del mercado interno", puntualizo (Daniel Pelegrina)
En esa misma línea se manifestó el técnico de la Federación Agraria Argentina (FAA), Guillermo Giannasi, quien dijo que este "representa un paso adelante que pone fin a una serie de desencuentros".(Anabella Quiroga: Firmaron el acuerdo por el precio de la leche sin la rebaja que pidió Moreno, 29-12-2007)
Durante el mes de noviembre de 2007 la mesa de negociación era escenario de tires y aflojes propios de un negocio millonario. La constante alza del precio de la leche era la consecuencia de una conjunción de factores: 1) Los precios del exterior son más tentadores y generan una orientación de los pagados en el mercado doméstico, sensiblemente inferiores a los internacionales. 2) Las inundaciones padecidas en las importantes regiones lecheras provocaron una merma en la producción, generando un aumento del precio. El gobierno, a través de la Secretaria de Comercio Interior a cargo del inefable Guillermo Moreno, exigió a las Usinas que pagasen 10 centavos menos el litro de leche los tamberos. De 0.83 a 0.73. La presión tomó forma en la limitación o simple freno de las exportaciones, por medio de la intervención de la ONCCA, exportaciones que se habían duplicado comparando la década del 90 y el año 2006. De esta manera se tuvo a raya al sector que en el mercado exterior busca una rentabilidad superior. Resulta curioso que el ajuste viniera por lado de los tamberos, quienes son parte del eslabón más débil de la industria lechera, sector que sin embargo recibió subsidios que compensaron la baja del precio recibido por la materia vendida a menor precio. De todas maneras, a valor dólar, hay un aumento significativo: de 0.07 pagado en el 2002 por el litro de leche, se pasó a 0,23 en noviembre de 2007.

Mientras tanto, antes de llegar al 11 de marzo de 2008, la rentabilidad de la soja, en promedio para el período 2002-2006, fue de un 40% superior a los últimos años de la convertibilidad, es decir de 1998 a 2001. (CYEPYC).
Es necesario ir más atrás, para entender el porqué del reclamo y posterior medida de acción directa.
La bisagra que representó la crisis del 2001-2002, marcó el límite de un modelo de acumulación y una transformación de la sociedad. En algunos casos, esa transformación tuvo un perfil dramático (o trágico) que culminó con la caída de múltiples sectores en la indigencia.
También para los sectores medios, la crisis tuvo su dosis de tragedia. Pese a todo, muchos integrantes conservaron su sentido de pertenencia, su sentido de clase, a la espera de que la crisis se disipara y se volviera a ocupar el lugar que por la excepcionalidad de la crisis se había perdido.
Si recordamos el panorama social, político y económico de los años de Menem y lo comparamos con el actual, vemos que se sucedieron una serie de enormes transformaciones en la sociedad argentina....Releemos:"enormes transformaciones" y pensamos:"Si, cómo cambió este país!,Se dió vuelta como una media..." Sin embargo seguimos hablando de Argentina como...

El granero del Mundo!

En un comienzo....

Casi todos los manuales de historia recuerdan los años en los que la Argentina era el "granero del Mundo", potencia mundial, los gloriosos años de la "belle époque" y los viajes a Europa con la vaca atada.
La generación del 80 (1880), había delineado que ése era lugar hacia el que se dirigiría el país de allí en adelante. Mucha sangre se había derramado. Mucha seguiría derramándose. No fue la victoria de Mitre o de cualquier otro caudillo, sea porteño, litoraleño o cordobés: la que había triunfado era una burguesía de carácter nacional y sería ella la que impondría su sello. Era un deber con el destino y los padres fundadores. Atrás quedaban los intentos pre-industrialistas y la habilidad mercantil de la proto-Argentina, destruida por la Revolución de Mayo y sus promotores jacobinos: Cómo comerciar en medio de la guerra de liberación que destruía y confiscaba todo en pos de la liberación? Cómo enfrentarse con la intervención del brazo armado (comercial) del Imperio británico? Los especialistas en comprar barato y vender caro se fueron al campo a salvar su patrimonio. El país se ruralizó para beneplácito de algunos y a matar ganado cimarrón para alimentar a la mano de obra esclava del norte. Pasado largamente la mitad del siglo XIX, la Argentina dejó de importar granos y comenzó a sembrarlos, aprovechando las excelentes cualidades de la pampa húmeda. Argentina se transformó en un país exportador de cereales y carne que permitió cierta prosperidad porque encajaba bien con el funcionamiento del sistema internacional. Cuando éste colapsó, estalló el modelo de nuestro país y hubo problemas y reformulaciones, vuelta atrás y conflictos. Una economía estructuralmente diversificada
sería lo deseable y en un período de bonanza de precios internacionales no es demasiado desatinado pretender que se destine esa bonanza a tal fin.

¡Nene, comé todo el plato!


En el imaginario colectivo quedó grabado esto: Pasar hambre en el granero del mundo era virtualmente imposible. Las abuelas, las tías y las madres, podían llegar a castigarnos severamente si uno le hacía asco a alguna comida (a mí por ejemplo no me gustaban los zapallitos -puajj!- rellenos). La guerra y el recuerdo de de las penurias pasadas por tantos inmigrantes (de la Primera o La Segunda Guerra, La Guerra Civil española, los progroms, los que escapaban de la miseria) actuaban como disparadores de sopapos, castañazos, coscorrones o alguna que otra medida disciplinaria sacada del último grito de la pedagogía moderna. ¿Pasar hambre en este país? ¡Argentina es el granero del mundo, papá!

¿Estamos todos locos?

¿Si viejo, pasar hambre en este país? Si todavía en los tempranos 70 (1900...) la torta se repartía casi en partes iguales? 50 para el capital, 50 para el trabajo, pese a los esfuerzos de muchos (léase generales, brigadieres, almirantes, contadores devenidos en economistas, vendepatrias, etc.) el granero del mundo daba para comer: los obreros, a eso de las 11 mandaban al más joven a la carnicería más cercana y al rato en una parrilla improvisada, armada con alambres y ladrillos, las partes de una Hereford eran finamente cocinadas en cualquier obra en construcción. Lo mismo en las casas. Siempre había guita en algún lado para armar un "asadito" aunque fuera con falda parrillera o una entraña. De pronto, el escenario fue cambiando: el carbón y las tiras fueron reemplazados por el fiambre envuelto en papel blanco y el pan francés, hecho "sánguche". De pronto, casi no hubo ni siquiera obreros en la calle. Tampoco fábricas. ¿Cómo se pasó de esa primera imagen a los ejércitos nocturnos y diurnos de gente revolviendo bolsas de basura, para ver si la gente que tiene más, se olvidó de comer una pata de pollo, una tarta vieja o un pan duro?
Volveremos sobre el tema.
Diario del combate

Carta Magna

Me leí otra vez toda la Constitución Argentina, la versión que se aprobó allá en 1994 y que posibilitó la re-elección de CSM y en ningún lado aparece contemplado el derecho a hacer un lock out. Hay derecho a huelga (art. 14 bis), a peticionar a las autoridades, pero la palabra lock out no figura ni como un derecho, ni como un deber ni como nada...o será que no hay una palabra en español que represente lo que lock out significa en inglés?
Entonces, tan poderosa es la razón que hace que gente impida que circulen mercancías imprescindibles (alimentos), haciendo que estos no lleguen a destino y se pudran o mueran? Casi 6000000 de litros de leche encontraron su destino en el piso y no en la boca de un pibe. Si, ya sé, es un golpe bajo...

Instituciones

Se junta gente de un lado y grita, se junta gente del otro y también grita... Lo curioso es que de un lado se juntó gente que normalmente no grita, o me corrijo, gente que grita, sí, pero grita en otros ámbitos, y con altura, porque está acostumbrada a mandar gritando, no porque tenga que gritar para que la escuchen los otros, porque su voz está presente siempre. Eso de juntarse así, no es de ellos; en lugares públicos, a la vista de todos, caminando las mismas calles que los otros...no... un bajón...pero a los medios se coparon, “bolú”... Y daba gusto verlos en la tele, tan lindos y arreglados...practicando lo que para muchos es una forma de saber que no están solos. Uno lamentaba que la tele no transmitiera olores. Me corrijo, disculpe Ud., a veces sí salen a manifestarse: alguna vez, hace ya bastante tiempo, corrieron los escombros y salieron a gritar; otra vez, no hace mucho, se les dio por la Ingeniería...En general, cuando las penas son de ellos (las pocas) salen...
Que no haya organismos como la Junta Nacional de Granos, Junta Nacional de Carnes u organismos estatales similares habla a las claras del impacto de las prácticas de la economía liberal en este sector.

Y en el campo...las espinas

Un 11 de marzo empezó todo. El gobierno dijo: "Y bueno, aumentamos las retenciones ahora que falta poco para la cosecha y así juntamos más plata". Ajustemos el discurso: las retenciones a la soja (y el maíz) se hicieron móviles de acuerdo al precio internacional de la soja y como el precio de la soja sube y sube y la cantidad de gente que se dedica a la soja crece y crece, el Gobierno va a recaudar más y más. Los tipos que se dedican a la soja se calentaron y dijeron : A cortar las rutas! Y no pasa ningún camión con productos agrícolas! Y se juntaron las Cámaras más importantes del sector, desde la señorial Sociedad Rural Argentina, pasando por la CRA, CARBAP, Coninagro y la otrora progresista Federación Agraria Argentina. Era raro verlos juntos, bastante raro, pero pareciera que el principio de Perón funciona (mal que les pese a los del campo): la única víscera que le late a un argentino, es el bolsillo. Y como les tocaron el bolsillo... por eso empezaron a protestar y feo. Le dijeron de todo a Cristina y a Martincito.
Y del otro lado se calentaron también. Como ninguna herida está del todo cerrada, los anticuerpos brotaron en muchas personas y un tema quizá menor se hizo grande. Uno no tiene la bola de cristal para saber si el temor al peligro era mayor que el peligro en sí, pero pasó. Y los medios se metieron, poniendo su mejor y más delicada cara para mostrar el conflicto. La supuesta neutralidad de la cámara, quedó en supuesta.
"Qué harías si viniera el Estado y te quitaran el cuarenta y pico de tu sueldo?" decían por la tele los entrevistados. Y ...uno piensa: " 11 ó 7 por ciento de jubilación, 3% de obra social, 3% de esto otro..." Si, la verdad, parece mucho...."pero, empezás a pensar " ...pago el 21% de IVA, viejo! Así casi llego al 40%!" "¿Y esta gente del campo, paga Ganancias, el Inmobiliario? Porque algo deben valer los campos..." Y al rato, los movileros que hablaban con los que protestaban a la vera de las rutas contaban que los que estaban allí eran pequeños productores, usando la palabra PEQUEÑO, como con ternura. "Y, son chicos..." pensaba uno, pero ¡cómo gritan! Era curioso ver esa extraña alianza, la clase media de la ciudad y la clase media del campo juntas, con un discurso al que sobrevolaban polillas.

Datos

Hay 170 000 000 de hectáreas productivas en el país y 300 000 productores. 95 700 000 de ha. son propiedad de 296 000 productores, mientras que los restantes 4 000 se llevan 74 300 000 hectáreas.
La zona más rica de la Pampa Húmeda, en donde algunas tierras valen hasta 12 000 dólares por ha, sólo 116 dueños tienen 4 110 600 ha.
La mayoría de las explotaciones agropecuarias, casi el 70% de ellas, tienen menos de 200 ha., pero el 10% de las explotaciones superan las 1 000 ha.
(FUENTE: Censo 2002)

En los registros oficiales (ONNCA) hay 74115 productores agropecuarios registrados para la venta de soja, de los cuales, algo menos de la mitad (30.583) producen hasta 60 toneladas de soja en explotaciones que tienen una superficie entre 20 y 25 hectáreas de extensión. Según otros datos oficiales, el 96 % de los productores levantaron el 40% de la cosecha mientras que los grandes (que representan el 4% del total de productores) acapararon el 60% de la producción.
ONNCA: Oficina Nacional de Control Nacional Agropecuario

Grandes Propietarios:

*Adecoagro: 200 000 ha.
*Grupo Wethein: 143 000 ha.(en Bs. As.)
*Grobocopatel : 17 700 ha. propias y 100 000 arrendadas.
*LIAG Argentina SA: 120 000 ha. (24 000 destinadas a agricultura de precisión)
*La Biznaga SA (LEDESMA): 50 000 ha.
*Amalia Lacroze: 140 000 ha.
*CRESUD: 400 000 ha.
FUENTE: Estudio Propiedad de la tierra y renta terrateniente del siglo XXI. Revista de Estudios Agrarios, nro. 26. noviembre 26 de 2007.

Concentración y Centralización del Capital

Marx fue probablemente el primero en declarar que la concentración del capital es una tendencia central y fundamental del capitalismo. Lo cual en su época, era un punto de vista bastante nuevo y distinto de la mayor parte de los pensadores económicos. Marx da una definición muy interesante de la concentración al decir que cada capital individual es, en mayor o menor grado, una concentración de medios de producción...(Marx) Distingue la concentración de la centralización.(...) Los capitales individuales tienden a crecer mediante la acumulación de capital, es decir, mediante la transformación de una parte del excedente en nuevo capital, en nuevos bienes de producción, que no sólo permiten producir más, sino producir más con menos trabajo.(...) Sería el resultado de la propia acumulación de capital, resultante de las incesantes revoluciones técnicas a que está sujeto el proceso productivo en el sistema capitalista.
(...) Además de la concentración, sin embargo, hay otro proceso al que Marx llama centralización: es la expropiación de capitalistas por otros capitalistas. Es un hecho que deriva también de la proposición anterior: como la productividad del trabajo depende del volumen del capital puesto a disposición del trabajador, y como la competencia entre los capitalistas se hace a través de la reducción de costos y, por lo tanto, de una mayor productividad, quienes consiguen producir a mayor escala tienen una ventaja muy grande sobre otros en la lucha competitiva de mercado. Y en esa medida los capitales mayores ganan en esa lucha y expropian a los menores. El proceso de centralización actúa como una fuerza de atracción de los capitales mayores sobre los menores.
Extraído de: Curso de Introducción a la economía política, Paul Singer,Siglo XXI editores, 1986.

GRANDES

Saben a qué se dedican y cuál es el volumen de dinero que manejan empresas como Cargill, Bunge, Dreyfus, Nidera, Noble, ADM ?
Volveremos ...

Los 90

La década del 1990 fue extremadamente dura para el campo. El tipo de cambio fijo limitaba las perspectivas de exportar en buenas condiciones, generando un profundo retroceso, sin que esto genere una conflictividad semejante a la acontecida durante marzo de 2008. La reducción (aniquilamiento) de las vías férreas (se pasó de casi 80 000 a 7 900 en un par de años) encareció el flete, concentrado mayoritariamente en las flotas de camiones. La renovación de la maquinaria estaba lejos del alcance de casi todos los productores y se fortalecieron en escena nuevos y viejos actores en la comercialización. Cuando la situación se volvió crítica para los productores menores, comenzaron a surgir distinto tipo de reacciones, como los tractorazos, y las asociaciones novedosas como Mujeres en Lucha y otras formas de resistencia, que se oponían a la ejecución de los remates de las propiedades de los pequeños productores. La FAA, se mostró combativa, pero no pudo torcer la tendencia, inducida o no, por los productores más grandes nucleados en la Sociedad Rural Argentina, quienes vitoreaban la no intervención del Estado en cuanta ocasión podían, mientras veían caer, endeudados, a los pequeños productores que en marzo de 2008 fueron su fuerza de choque.

Historia e información

Historia. La convertibilidad fue la política económica más perversa del siglo XX. Desde el primer día traicionó el voto popular y el interés nacional. Provocó desempleo y pobreza; endeudamiento y fuga de capitales. No vino del cielo: fue votada en el Parlamento.
Quién puede tirar la primera piedra (si tiene sentido) acerca de la oposición a las "retenciones"? Ninguno de los que formaron parte del Menemismo. Estos barros, los problemas estructurales de la sociedad argentina, vienen de aquellas lluvias. Nadie debe eludir esa responsabilidad.
Difícil un Acuerdo sin arrepentimiento por los males causados. Dónde esta usted en los 90?
Información. Hay 333 mil productores con 530 hectáreas en promedio. La concentración de los últimos diez años se debe a la sojización, extranjerización y especuladores financieros, nacionales y extranjeros, en los pools de siembra. Daños enormes en el medio rural. Deforestación. Erosión demográfica. Expulsión de productores; empobrecimiento y desarraigo de quienes fueran trabajadores rurales; monoproducción; destrucción de alternativas y reducción de la capacidad de los pequeños productores.
La parte del león del campo se la llevan los exportadores, los cerealistas, los frigoríficos y las cadenas de supermercados. Ahora casi todos extranjeros. Perón decía: "La intermediación parasitaria". Y el nacionalismo?
Todos tienen que ceder, fragmento del artículo de Carlos Leyba, Revista Debate Nro 263. 29-03-2008.

Tipo de Cambio

Desde la perspectiva de la política económica, no parece razonable que el tipo de cambio efectivo sea igual para todos los sectores. De hecho, en un mundo ideal, sin heterogeneidades, la política del tipo de cambio alto es similar a un subsidio para todos los sectores por igual. Pero no se puede ser neutral entre sectores desiguales, en particular en el caso de la soja y otros granos que perciben rentas asociadas al aumento de precios internacionales o a la incorporación de paquetes tecnológicos generados o bien por la industria local o bien en otros países (maquinaría agrícola y semillas transgénicas, respectivamente). Por ello el tipo de cambio debe ser administrado por el Estado y el incremento de las retenciones como medida correctora representa una decisión de política económica que permite retroalimentar el círculo virtuoso de crecimiento. (...) Los representantes del sector, en lugar de cuestionar en forma cortoplacista un esquema de precios relativos que favorece la diversificación productiva, debieran preguntarse qué sería lo más conveniente para ellos: si un tipo de cambio bajo y sin retenciones o un tipo de cambio alto con retenciones.
(...)Una postura más inteligente del sector sería reclamar que el Estado invirtiera el resultado del aumento de las retenciones en el fortalecimiento de la infraestructura de ciencia y técnica, en el subsidio a cultivos y pequeños productores que hoy no se encuentran favorecidos por las condiciones altamente favorables. De esta manera se evitaría que el modelo de monocultivo de la soja se consolide con los impactos evidentes en los precios de los alimentos y la concentración de la tierra".
Germán Saller (Investigador del Ciepyc-UNLP),publicado en Cash (9-12-2007), www.ciepyc.unlp.edu.ar

Tipo de Cambio II

Si el gobierno dejara caer el tipo de cambio nominal, al valor que resultaría de la libre operación del mercado cambiario, se produciría la eutanasia de la industria y de toda actividad transable. Inclusive algunas agrarias. En semanas, el desempleo retornaría al 20 por ciento.
Si el objetivo central del sistema económico es proveer pleno empleo, el dólar de equilibrio debe ser aquel que de lugar a que ello ocurra. En el caso argentino, ese tipo de cambio debe ser muy superior al del mercado cambiario. El dólar "cambiario" nos inyectaría la "enfermedad holandesa".
El actual tipo de cambio contribuyó a que tengamos un dígito de desocupación. Una condición necesaria. No suficiente. Necesaria para la defensa del empleo. Insuficiente para la productividad del mismo. Y la productividad es la madre de todas las batallas: poco se ha hecho y ahora es casi lo único posible una vez debilitada la herramienta cambiaria.
Carlos Leyba, Crisis nortemericana y bronca rural -La Argentina y el derrumbe financiero en EEUU, publicado en Debate, 22-03-08

Soja

"La soberanía alimentaria es un derecho de todos los pueblos a poder definir su propio sistema de producción, distribución y consumo de alimentos. Es el derecho de los pueblos rurales a tener acceso a la tierra, a poder producir para sus propios mercados locales y nacionales, a no ser excluidos de esos mercados por la importación hecha por las empresas transnacionales. Y también es un derecho de los consumidores a tener alimentos sanos, accesibles, culturalmente apropiados con la gastronomía, la historia culinaria de su país y producidos localmente. Si un país no es capaz de alimentar a su propia gente, si depende del mercado mundial para la próxima comida, estamos ante una situación profundamente vulnerable(...)el principal atentado histórico contra la soberanía alimentaria ha sido el monocultivo"
Peter Rosset, Doce mitos sobre el hambre, citado por Alfredo Zaiat, en Cash, 6-4-08.

Soja II

Pero...si la soja no se consume mucho en la Argentina, ¿por qué es necesario aplicarle retenciones? Ante esta pregunta los funcionarios del Ministerio de Economía responden que el aumento de su precio impacta directamente en el valor de las tierras en las que se cultiva, haciendo que los precios de las tierras destinadas a otros productos también aumenten. Entonces, para mantener la rentabilidad del trigo, del ganado, etc., es necesario que aumente su precio.
Al establecer retenciones diferenciadas, el Estado estimula la producción de otras especies en detrimento de la soja, que es hoy en día la vedette del mercado mundial.

Soja III

Las inversiones del 2007. Las subas del año:

Soja 71.6
Petróleo 59.7
Oro 31.5
Euro 11.5
Real 20.0
N. York 7.2
Madrid 17.7
San Pablo 72.2

(Cifras en porcentajes- Fuente IAMC, publicado por Clarín, el 29-12-07)


El reclamo I

Gracias a Juan Etcheverría, el líder de los denominados productores autoconvocados, se hizo más transparente ayer (02-04-08) lo que está en juego en el desafío del campo. Etcheverría dijo que quiere que el litro de leche se pague $ 1,20 a los tamberos y el kilo vivo de novillo a $ 4,50 a los ganaderos. También afirmó que, ahora que los pequeños productores se volcaron a la hiperrentable soja, el Estado sube las retenciones. Por fin un representante del sector transparentó el objetivo económico del piquete verde, más allá de los discursos tradicionales contra las retenciones y la intervención del Estado.
El valor de esas declaraciones reside en que esos reclamos exhiben el grave problema de las rentabilidades relativas en la producción agropecuaria y, por lo tanto, en la imperiosa necesidad de la intervención estatal. El negocio de la leche y la carne es rentable, pero bastante menos que el de la soja. Entonces el pedido de elevar el precio de la leche (de un promedio de 85 centavos a 1,20 peso) y el de la carne de novillo (de una media de 3 a 4,50 pesos) es para competir con esa ganancia extraordinaria de la vedette oleaginosa. Ese camino implica subir de 40 al 50 por ciento el precio de esos bienes sensibles de la canasta básica de alimentos de la población. Esos ajustes afectarían a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Alfredo Zaiat, La Asamblea de la soja, fragmento de la nota aparecida en Página 12 del Jueves 3-4-2008.

El reclamo II:

“No queremos que nos devuelvan, sólo queremos que no nos saquen”.
Alfredo de Angeli, durante la Declaración de Gauleguaychú del 2 de abril de 2008

"Las retenciones son indispensables"

Cuando se cuestiona la legitimidad de la administración del efecto de los precios internacionales sobre una economía nacional, se supone, implícitamente, que los sectores involucrados son un apéndice de la economía mundial y que, por lo tanto, sus señales no pueden ser manipuladas por las políticas públicas. Esta concepción, que presente en el conflicto, es el origen de la llamada "maldición de los recursos naturales". Porque, en efecto, los países que generan rentas elevadas en la explotación de sus recursos naturales y se resignan a tener estructuras productivas subindustrializadas dependientes de su producción primaria, nunca se liberan del subdesarrollo, la vulnerabilidad ante las contingencias del mercado mundial, la pobreza y la exclusión social.
(...) En consecuencia, las retenciones (...), son instrumentos legítimos e indispensables de una política de equilibrio macroeconómico, distribución equitativa del ingreso, acumulación y crecimiento.
(...) Lo que debería discutirse no es si las retenciones son confiscatorias, bajo el falso supuesto que los precios internacionales deben transmitirse al sector, sin la intermediación de las políticas públicas. El tema central a resolver es que las medidas conciernen al sector (incluyendo retenciones y subsidios) y al conjunto de la economía nacional, sean consistentes con la rentabilidad de la producción y los incentivos indispensables a la inversión y la profundización del extraordinario cambio tecnológico que tiene lugar en el campo argentino.
Aldo Ferrer, fragmento del artículo aparecido en la Revista Rural del Diario Clarín de Abril-Mayo de 2008, el único artículo (la revista tiene 46 páginas) en el cual en el cual se muestra una opinión diferente a la sostenida por los representantes del campo.

Del Perro

La inflación expresa la decisión del capital concentrado de limitar la recuperación del salario.
Horacio Verbitsky.

El ombligo del mundo

Frente al conflicto con el campo, esos (...) representantes del poder pasan por alto lo que está sucediendo en el mundo en el sensible mercado de los alimentos.(...) Sólo un país con dirigentes autistas, un circuito de comunicación concentrado y cooptado por el mundo agropecuario y un gobierno golpeado pueden dar cuenta de la extensión y profundidad del conflicto con el campo.
Tanta presencia mediática de dirigentes que representan a un sector del campo han provocado una distorsión en la percepción de la realidad, donde pareciera que el sector al que le va mejor le atraviesa la peor de las crisis. El mundo, ese que el establishment tanto se preocupa en imitar está conmocionado por la crisis en el mercado de alimentos. El violento aumento de los precios en un promedio del 83% en el último año, según el Banco Mundial, está provocando crisis alimentarias en los países más pobres, reacciones violentas de poblaciones que no pueden comprar lo básico para comer y respuestas de gobiernos para proteger sus propios mercados. Aquí en cambio se prolonga un conflicto que tiene como base la pretensión de un sector privilegiado de incrementar las exportaciones de trigo y carne y de disminuir las retenciones, ambas medidas que tendrían como resultado el alza en el precio de los alimentos en el mercado doméstico. O sea, iniciativas que van a contramano de la trincheras de defensa que han empezado a construir muchos países para protegerse del devastador shock externo del aumento de los alimentos.
(...) La actual crisis derivó en que los en los últimos meses los países exportadores prohibieran o restringieran sus ventas externas para garantizar el abastecimiento de sus habitantes. Unos 40 países limitaron la venta para no poner en riesgo sus propias reservas(...)
Aquí, como una isla aislada, cuatro dirigentes del campo y un variopinto grupo de autoconvocados liderados por un arrendatario de tierras de Yabrán junto con un gobierno que no supo o no pudo manejar ni prever el conflicto, atrapado por la extorsión del piquete del desabastecimiento, siguen negociando como si la crisis de los alimentos en el mundo no existiera.
Alfredo Zaiat, Fragmento de su columna "Tirar arroz" del Cash (sup. económico de Página 12, 8-4-2008)

¿Y si no hubiera retenciones?

Estos serían los valores de algunos productos, según algunos economistas:

- Aceite: De 6,80 pesos el litro y medio a 20,40.
- Asado: De 11 pesos el kilo a 16,50.
- Cuadril: De 14,5 pesos el kilo a 21,75.
- Pollo: De 5 pesos el kilo a 7,50.
- Pan francés: De 3,50 pesos el kilo a 4,38.
- Leche en sachet: De 1,90 peso el litro a 3,04.

...pero las hay

El conflicto entre el Gobierno y los productores agrarios no es extraordinario ni tan novedoso como se lo pretende describir. Es simplemente una puesta en escena de la disputa entre el Estado y la empresa privada, propia de las sociedades capitalistas y democráticas en todo tiempo y lugar. Los críticos definen a las retenciones como una medida "fiscalista", con la pretensión de descalificarla: no hay ningún impuesto que no merezca ese juicio; y hay muchos de los instrumentos fiscales que componen nuestra regresividad e injusta estructura tributaria que merecería un reproche mayor que las retenciones desde el punto de vista de la equidad. El nuestro es uno de los países del mundo en los que se paga una alícuota de IVA más alta para la mayoría de los productos alimenticios. No es un dato menor porque expresa una dramática regresividad que perjudica centralmente a los sectores más pobres de la población. Sería muy bueno para la convivencia pacífica entre los argentinos que esa misma iniquidad mereciera aunque sean una mínima parte de la sensación de escándalo que rodea al aumento de las retenciones".
Edgardo Mocca, A propósito de las retenciones a las exportaciones: Discusión seria o demonización ideológica? Fragmento del artículo publicado el 22-03-08 en la Revista Debate.


Táctica

Debe ser para preocupante defender lo mismo o tener que utilizar los argumentos que los adversarios históricos. El desbordado líder de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, tuvo la (desagradable o no) tarea de sostener el reclamo, al lado de la Sociedad Rural Argentina. La praxis de la FAA fue antaño combativa, exigiéndole al gobierno de turno que no se pusiera del lado de los poderosos. En término de realpolitk, eso quería decir ni más ni menos que el Estado debía intervenir. No hace mucho tiempo, la FAA reclamaba la vuelta a la Junta Nacional de Carnes y de Granos, herramientas decisivas de intervención estatal en el mercado y que fueran barridas de un plumazo por la oleada neoliberal. Ahora, sin embargo, sostienen otros argumentos:“No es cierto que las retenciones tengan que ver con un sistema que amortigüe los precios en el mercado doméstico y tampoco tienen que ver con redistribución. Es una medida fiscalista y recaudatoria que tiene como objeto llevar recursos del conjunto de la economía de la pueblos a la Casa Rosada para disciplinar gobernadores e intendentes”. Habría que preguntarse si el hecho de hacer móviles las retenciones a partir del 11 de marzo , no refuta el argumento de Buzzi de que es una medida solamente recaudatoria, dado que se prevé una reducción si el precio internacional baja, con lo cual también bajaría la recaudación. Pero por lo pronto, aprendió de sus vecinos poderosos, apropiándose nuevamente de la tarea de conducir a la nación, porque los terratenientes siempre se consideraron LOS FORJADORES DE LA PATRIA y ellos son los que deben señalar el camino a seguir y las razones. Seguramente ese camino está lejos de lo soñado por los que tomaron parte del Grito de Alcorta y que reclamaron la reforma agraria. La fusión de las cuatro entidades representantes del campo en un solo reclamo, fue también responsabilidad del Gobierno de CFK. No hubiese sido demasiado difícil armar la misma batería de medidas con la discriminación por tamaño. Al unificar a los productores tuvo una respuesta unificada. No es descabellado pensar que pese al nuevo gobierno, hay una continuidad en el modo de hacer política: pegar fuerte primero y luego negociar con el contendiente todavía mareado. Esta vez no salió del todo bien. Queda por ver si esta alianza táctica o coyuntural entre las organizaciones de productores agropecuarios perdura cuando haya que negociar lo fino y los intereses reales derriben las caretas y los buenos modales: A la hora de los dividendos, las buenas intenciones desaparecen.
Resulta llamativo que en ningún momento los reclamos se dispersaran y se ocuparan de señalar a las grandes empresas que se dedican a traficar los granos y que fueron citadas más arriba y que manejan casi la totalidad de la actividad. Estas empresas no cotizan en bolsa, por lo tanto no se sabe cuál es el volumen de dinero (muchísimo)que manejan. El mismo día del anuncio de las retenciones móviles la FAA estaba en plena movilización contra las grandes empresas multinacionales Cargill y Dreyfus. De pronto, giraron la mira y se volcaron sólo a atacar al Gobierno.


Guardar

La operación del pago de las retenciones, pese al volumen de dinero y toneladas involucrado, es más sencillo de pagar que otros impuestos, alícuotas, etc. Ejemplo: Si exporto (previa inscripción que me acredite como exportador) 10 toneladas de soja a 500 dólares la tonelada y el porcentaje de retenciones es del 35 %, entonces 10 x 500 / 35 = 142,8. 142,8 debería ser el pago que la exportadora debería hacer a la hora de embarcar los granos rumbo a China o India o cualquier lugar del mundo. Sin embargo no es así. Por un extraño mecanismo, que diferencia los precios pagados al productor por la cerealera y de la cerealera a la AFIP/Aduana, las beneficiarias de la diferencia entre FOB (Free On Board) y FAS (Free Along Shipping) que modifican la cantidad de toneladas involucradas, son...Las Cerealeras!
Sin este mecanismo el Estado, recaudaría mucha menos plata que la que debería. Y hablamos de miles de millones.

Respuestas
(Fragmentos de reportajes publicados por Página/12 el 3-04-2008)

Reportaje a MARTIN HOUREST, LEGISLADOR DE LA CTA

-¿Las retenciones móviles son una herramienta de redistribución de la riqueza?
-La retención es un instrumento muy rústico, típico de la emergencia. No se le puede pedir que sirva para suplir un tratamiento diferencial para grandes o pequeñas exportaciones. Sí modera (modera, digo) los efectos negativos de un país que exporta alimentos que consume, pero no puede superar la concentración de toda la cadena agropecuaria. La Argentina tiene un proceso de sojización hace diez años. Y hace cinco se da con tipo de cambio favorable y precios internacionales en alza.
-¿El Gobierno favoreció la sojización?
-Le pongo un ejemplo: ¿Con quién fue Kirchner en el avión a Venezuela y lo presentó como el gran empresario argentino? Grobocopatel. En lugar de denunciar la concentración de tierras, deberían hacerse una autocrítica. Cuando la escucho a Cristina hablar del capitalismo nacional en un contexto de extranjerización, veo que genera un estatuto imaginario que no tiene entidad real. ¿Con quiénes se hace? ¿Dónde está Gelbard?
-¿Cómo analiza esta impasse entre el campo y el Gobierno?
-Espero que esto efectivamente les dé tiempo para ponerse de acuerdo en un plan nacional agropecuario. Y que no se genere esta lógica de hermandad de sectores que no tendrían por qué estar hermanados. Parece loco que, por efecto de esta política del Gobierno, tengas en un mismo palco a Miguens y a Buzzi. Tendrían que preguntarse qué pasó, qué hicieron mal, porque el que tiene más poder tiene más responsabilidad.


Reportaje a Federico Pinedo, Diputado del PRO

-¿Qué política tendría PRO con las retenciones?
-Toda la rebelión fue contra el hecho de que cinco personas no pueden decidir qué impuesto se cobra y en qué se gasta la plata. Las retenciones son una herramienta constitucional. Es inadmisible que las fije el Ejecutivo.
-¿Las tendría que fijar el Parlamento?
-Sin ninguna duda, está en el artículo 75 de la Constitución.
-Todavía no me respondió qué política tendrían ustedes...
-Seguramente tendríamos retenciones, pero serían moderadas y no serían cambiadas; acá se cambiaron cuatro veces en los últimos dos meses. Es imposible vivir en un país así. Tiene que haber políticas estables y a largo plazo.
-¿Esa idea la comparte su ex candidato presidencial, Ricardo López Murphy?
-No tengo idea.
-El planteó que se trata de un impuesto distorsivo.
-Es cierto que son un impuesto distorsivo, pero están en la Constitución y son un buen mecanismo para cobrar el impuesto a las Ganancias.

Compensaciones

"No les gusta nada de lo que les ofrecemos porque uno de los problemas del sector es el alto nivel de evasión, por eso no les llegan las compensaciones. No nos pueden culpar por ello".
Declaraciones de un funcionario, Página 12, pág 5, 27-04-08

Una Inquietud

(...) Al Gobierno hoy se lo ataca y se lo defiende. Pero así las cosas, hoy, inermes frente a una información dirigida no a informar sino a generar sucesos, tampoco los ciudadanos que interpretan este momento como el de una puja decisiva pueden quedarse sin palabras ante los hechos que no comprenden o los sorprenden o los inquietan.
Fragmento de la columna de Sandra Russo, en Página 12, del 27-04-08


El combate contra el neoliberalismo

El tercer foco de resistencia se halla aquí, en América Latina. Tres rasgos decisivos distinguen esta zona de (Europa y Medio Oriente) En primer lugar, en América Latina se encuentra una combinación de factores mucho más fuerte y prometedora que en Europa y Medio Oriente, pues aquí y solamente aquí, la resistencia al neo-liberalismo y al neo-imperialismo conjuga no solamente lo cultural sino lo social con lo nacional - es decir, comporta una visión emergente de otro tipo de organización de la sociedad, y otro modelo de relaciones entre los estados. En segundo lugar, América Latina - y esto es un hecho que a menudo se olvida - es la única área del mundo con una historia continua de trastornos revolucionarios y luchas políticas radicales desde un siglo. Ni en Asia, ni en Africa, ni en Europa, encontramos equivalentes a la cadena de revueltas y revoluciones que han marcado la específica experiencia latinoamericana, la cual, de aquí a un siglo atrás viene dando cuenta de nuevas explosiones que suceden a derrotas.
Perry Anderson, La batalla de las ideas en la construcción de alternativas, Conferencia en CLACSO, La Habana, 30-10-2003.

.....

El Estado no puede encarnarse en una corona ni en un sombrero ducal, sino sólo en individuos, a los que sobreviene la función de presentar y representar el Estado. Esa función del Estado, en el sentido estricto de la palabra, es percibida por medio de los llamados con propiedad funcionarios. (...) Funcionarios y ciudadanos son entonces los dos polos constitutivos para la realización del Estado.
Karl Schuhmann, Teoría Husserliana del Estado,1994. Ed. Almagesto, pág. 124.
Continuará...